San Cayetano en perspectiva feminista: una radiografía del desempleo que afecta a les más vulnerables

Hoy es San Cayetano, miles de fieles se encuentran en Liniers para pedirle al santo católico “pan y trabajo”, por lo tanto es un buen día para recordar que, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la desocupación creció del 7,2% al 9,1% en el último trimestre de 2018 y que dicho crecimiento afectó particularmente a mujeres y a jóvenes: el 51,6% de les desocupades son jóvenes de hasta 29 años, de ese porcentaje, el 51% son mujeres.

De acuerdo a un informe publicado por el Centro Económico de Economía Política (CEPA), la tasa femenina de desempleo registró un 10,8% en 2018, (frente al 8,9% de la tasa masculina para el mismo periodo), lo que representa un incremento de un 1% en relación al 2017 y de 3,1% respecto de 2015. A estos datos hay que sumarle el hecho de que el 37,1% de las mujeres que trabajan en relación de dependencia se encuentra en situación de informalidad laboral, cifra que aumentó casi un punto porcentual desde el 2017 y 2,1% respecto de 2015, mientras que entre los varones el porcentaje se mantuvo en 31,8%, sin variaciones con respecto al periodo anterior.

Los hogares monoparentales, que en realidad deberían llamarse monomarentales, ya que el 60% de los mismos está a cargo de una mujer, representan el 66% de los hogares pobres en nuestro país, lo que nos pone en perspectiva de qué hablamos cuando hablamos de feminización de la pobreza.

Por otra parte, estaríamos siendo excluyentes si no mencionáramos colectivos que prácticamente ni aparecen en las cifras oficiales. Si el desempleo en nuestro país tiene cara de mujer, las personas trans y travestis ni siquiera tienen rostro para las mediciones, aun teniendo en cuenta que se encuentran en situación de vulnerabilidad frente a la falta de trabajo, debido a la discriminación y a la exclusión social. Recordemos que, según datos del INDEC correspondientes a 2014, solo el 18% de las personas travestis y trans accedieron a un trabajo formal y que al menos el 80% está o estuvo en situación de prostitución. Dichos datos resaltan la importancia de que se cumplan cupos laborales que favorezcan la inclusión al mercado laboral de les trans y travestis.

Frente a la crisis económica y la falta de políticas públicas, son las personas más vulnerables las que padecen en mayor medida el desempleo y la informalidad laboral, en este marco, a pesar de la tradición que congrega a les fieles en Liniers, encontrar trabajo y enfrentar la precarización laboral no se trata de una cuestión de fe.

Primero de Mayo: precarización laboral, exclusión y feminización de la pobreza

El 1° de mayo, Día Internacional de les Trabajadores, conmemora a les mártires de Chicago que lucharon por una jornada laboral de 8 horas en 1886. 133 años más tarde continuamos luchando contra la precarización laboral, en el marco de una crisis que evidencia la feminización de la pobreza y la exclusión económica y social de las personas trans y travestis en la Argentina.

Hablemos de cifras:

  • Mientras que la tasa masculina de desempleo es de 8,2%, entre las mujeres asciende dos puntos, llegando al 10,2%.
  • El 21,4% de las mujeres menores de 29 años no tiene trabajo.
  • El 37,1% de la población femenina en relación de dependencia trabaja en informalidad laboral.
  • En promedio, las mujeres ganamos un 27% menos que los varones.
  • El 27% de los hogares con menores son monoparentales, de ese porcentaje, el 60% está a cargo de una mujer. Asimismo, hay que tener en cuenta que los hogares monoparentales representan el 66% de los hogares considerados pobres.
  • El fin de la moratoria que les permitió a miles de amas de casa acceder a una jubilación, significó, entre otros perjuicios, que el Estado desconociera a esas mujeres como trabajadoras sujetas de derecho.

Ahora bien, si la precarización laboral tiene cara de mujer, la población travesti y trans se encuentra en una situación aún peor que la femenina, situándose en los márgenes de dicha precarización y con una expectativa de vida que promedia los 35 años.

  • Solo el 18% de las personas travestis y trans accedieron alguna vez a algún trabajo formal.
  • El 95% de les travestis y trans están o estuvieron en situación de prostitución, sin derechos laborales reconocidos y perseguides por la policía.
  • El proyecto de ley nacional de cupo laboral travesti-trans “Diana Sacayán”, que apunta a que el 1% de la planta permanente de la administración pública nacional sea ocupado por personas travestis, transexuales y transgéneros, solo fue aprobado por cuatro provincias, que aún no han aplicado la ley.

La exclusión y la precarización laboral de sectores enteros de nuestra población son parte de la cara patriarcal de este sistema económico que beneficia a unos pocos en detrimento de otres.   

Fuentes:

INDEC

Centro de Economía Política Argentina (CEPA)

Agencia Presentes

¡Gestión menstrual para todes!

Todes les que menstruamos sabemos cuál es el costo que afrontamos, más aún si usamos toallitas o tampones, ni hablemos si estamos acostumbrades a utilizar protectores diarios.  Si hacemos las cuentas, aproximadamente tenemos que destinar entre 160 y 180 pesos por mes.

Según los últimos datos publicados por el INAM (Instituto Nacional de las Mujeres), el 18,3 por ciento de las mujeres mayores de 14 años no trabaja, no estudia, ni posee ingresos propios. En los varones el porcentaje desciende al 9,9 por ciento. En conclusión, el desempleo afecta más duramente a las mujeres.

Por otra parte, el 26,7 por ciento de las mujeres que son jefas de hogar están a cargo de un hogar monoparental, es decir, con su único ingreso bancan solas a su familia. En esta línea, también hay que poner en eje que las mujeres ganan en promedio un 27 por ciento menos que los varones, dato que agrava el contexto económico femenino.

Como la recolección de datos oficiales refleja binarismos, no existen datos económicos sobre las personas trans, pero si tenemos en cuenta la discriminación laboral que sufre el colectivo, podemos inferir que los mismos no van a ser positivos.

En este contexto, legisladoras de diferentes espacios alzaron su voz para reclamar por los derechos de les sujetes menstruantes. En los últimos dos años se presentaron diferentes proyectos: en CABA, Myriam Bregman; en PBA, Lucía Portos y Micaela Ferraro, y a nivel nacional, la diputada Victoria Donda. Todos ellos señalan a la brecha salarial entre los hombres y mujeres jefas de hogar, lo que hace a este gasto “extra” aún más injusto. También apuntan a romper con el estigma de la menstruación, que les menstruantes debemos soportar desde la preadolescencia. En todos los proyectos se propone, a grandes rasgos, que los productos de gestión menstrual se repartan de forma gratuita por parte del Estado en escuelas (estatales y privadas) y centros de salud a quienes los soliciten, para garantizar a cada sujete menstruante la libertad de elegir el producto que mejor se adapte a sus necesidades.

Lamentablemente, ninguno de estos proyectos llegó a convertirse en ley, o bien no se sancionaron, o perdieron estado parlamentario. El proyecto presentado por Lucía Portos, en mayo de 2017, se encuentra en la comisión de salud pública de la legislatura de la PBA, pero nunca le dieron tratamiento, por lo que perderá estado parlamentario este año. Esto demuestra el no reconocimiento por parte de nuestros gobernantes de la menstruación como un tema de salud pública y del derecho de todes a acceder a una gestión digna de la misma.  

En conclusión, las personas que menstrúan son más vulnerables económicamente hablando y en este contexto se ven obligadas a asumir un costo por mes extremadamente elevado. Si dichas personas no cuentan con un ingreso económico y/o se encuentra en una situación de indigencia, afrontar ese gasto se hace imposible, poniéndolas en riesgo sanitario y comprometiendo su salud. Es por ello, que desde Comunicadas les preguntamos a las empresas que elaboran y/o comercializan los productos de gestión menstrual si tenían algún sistema de entrega gratuita de productos. De las pocas que nos respondieron, lo hicieron de manera negativa. Solo DIA tiene un programa que quita el IVA de dichos productos los 28 de cada mes.

Frente a la ausencia de programas por parte del sector público (el principal responsable) y del privado, las personas que menstrúan siguen incrementando su vulnerabilidad económica y sanitaria.