El Observatorio “Ahora que sí nos ven” volvió a confeccionar un informe sobre femicidios que arrojó datos escalofriantes: entre el 1 de enero de este año y el 31 de agosto, se cometieron 200 femicidios, eso es un femicidio cada 27 horas. Es decir, en Argentina es asesinada una mujer por día.
Pero la cosa se pone peor cuánto más ahondamos en los datos: el 84% de los agresores son del círculo íntimo de la víctima y solo un 3% son desconocidos; el 65% ocurrió en la vivienda de la víctima. De esas 200 mujeres, 37 habían hecho la denuncia y 23 tenían medidas dictadas por la justicia.
Si se suman los femicidios vinculados (los que se cometen con el solo objetivo de hacer sufrir a la mujer), los crímenes llegan a 223 y les niñes huérfanes que dejaron los perpetradores ascienden a 148. La provincia en la que se concentran la gran mayoría de los asesinatos (80 de los 200) es la PBA.
Estos datos, que fueron confeccionados en base a casos publicados en medios de comunicación, arrojan luz a una realidad innegable: las víctimas de femicidios son también víctimas del patriarcado. Los hechos no los perpetran monstruos ni extraños ocultos en callejones, sino personas de su círculo más íntimo que se creen con derecho sobre sus vidas y sus cuerpos. Por si esto fuera poco, el hecho de que el 16% de estas mujeres hubieran realizado denuncias contra sus agresores demuestra que están desamparadas por el Estado que debería protegerlas y garantizarles acceso a la justicia.