Yaritza Angélica Millones López tenía 27 años, vivía en un departamento sobre la calle Alsina al 2500, en la Ciudad de Buenos Aires. Allí policías de la División Homicidios la encontraron asesinada el domingo 28 de abril, después de que sus compañeras denunciaran que hacía unos días que no atendía el teléfono.
Yaritza había dejado de su país natal, Perú, hacía tres años, en busca de un lugar mejor para vivir, lejos del transodio. Estaba en situación de prostitución.
Para sus compañeras existen fuertes sospechas de que el crimen fue cometido por alguien que la conocía bastante. Creen que la asfixiaron y la golpearon en la cabeza.
De acuerdo al testimonio del padre de Yaritza en Agencia Presentes, viajó a Buenos Aires este fin de semana para reconocer el cuerpo. “Su mamá, su hermano Cristian y yo estamos muy tristes. Mi hija era una chica muy tranquila, buena. Amaba a los animalitos. Hablábamos por teléfono muy seguido. Y la última vez, le preguntó a su mamá, porque ellas hablaban mucho: Si me llega a pasar algo, me llevas y cuidas a mis animales? Dijo que la habían amenazado”.
Yaritza era migrante, trans, pobre, condenada a una realidad en la que el promedio de vida es de 35 años. Ella no llegó, murió asesinada a los 27.