El 15 de octubre de 2013 Romina Meneghini fue a buscar sus cosas a la casa de Morón que compartía con Esteban Piccinin. Se había separado luego de tres años de matrimonio.

Habían quedado para que ella retirara sus pertencias, él la encerró en el garage y al rato volvió con una escopeta. La bala le impactó en el muslo izquierdo. Le produjo un agujero de 17 centímetros. Perdió en ese momento la movilidad de su pierna y casi le cuesta la vida. Pasó por 56 operaciones y sufrió tres ataques cardíacos. Aún hoy tiene riesgo de que le amputen su pierna.

Esteban Piccinin, ex piloto de TC estuvo sólo unos días demorado en una comisaría y aunque la Justicia lo condenó a cinco años y seis meses de prisión, está libre esperando que la sentencia quede firme.

Romina aguarda que la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva dejar la sentencia firme. A pesar de que cuando ocurrió el ataque ya existía la figura de femicidio su caso fue caratulado como “lesiones graves agravadas por el vínculo y tenencia de arma de guerra”.
Piccinin además trabajaba en la misma clínica donde Romina estuvo internada por lo que debió luchar para conseguir una restricción perimetral.
Gracias a la justicia machista Romina convive con el miedo. Durante sus tres años de matrimonio sufrió violencia de género. Ya hace cinco años sufre un calvario por parte de la justicia, él hombre nunca fue detenido y ni condenado por una pena menor a la que debería haber tenido, fue preso.
La situación recuerda a la del violador Alexis Zárate. El futbolista fue sentenciado a seis años y medio de prisión por abusar sexualmente de la novia de otro jugador, pero no irá preso hasta que se haga efectiva la condena.