Vanessa Gómez Cuevas fue arrestada en 2011 cuando intentó ingresar al país con estupefacientes. La habían contratado como mula por una banda de narcotraficantes. Ella es peruana, pero vive en el país hace 15 años y ya tenía una hija nacida en Argentina.
La mujer fue arrestada y cumplió una condena de cuatro años en el Penal de mujeres de Ezeiza. Cuando Vanessa salió en libertad, estudió y se recibió de enfermera y empezó a trabajar. Tuvo dos hijos más en el país.
Cuando quiso renovar su residencia, desde Migraciones le dijeron que el Estado iba a comenzar un proceso de expulsión por el delito que había cometido en 2011. Se acercó a la Defensoría General de La Nación para que la asesoraran, pero antes de terminar el proceso se quedó sin abogado. Por eso no recusó la medida de expulsión y esta quedó firme. La Justicia le envió la notificación a un domicilio en el que ya no vivía, por lo que nunca se enteró de las novedades sobre su caso.
El lunes la policía la subió a la fuerza a un avión para mandarla a su país. Con ella, fue expulsado su hijo lactante de dos años, mientras que quedaron en Villa Lugano sus otros dos hijos, de 5 y 14 años. Ambos argentinos. Ningún juez hizo un chequeo socioambiental para verificar cómo y con quién quedaban los niños.
El viernes último agentes de la Policía Federal aparecieron en la casa de Vanessa y le dijeron que debían llevarla a firmar una notificación. Engañada fue con su hijo de dos años, Michael, y los más grandes se quedaron. La mujer terminó detenida en una celda, sin luz ni agua, y de allí fue trasladada al aeropuerto de Ezeiza.
El actual abogado de Vanessa, Juan Villanueva, presentó habeas corpus en el fuero correccional y recursos en el fuero contencioso administrativo, que es la instancia revisora de las decisiones de Migraciones. “Hay tres menores argentinos, una familia que fue separada por una disposición administrativa de Migraciones, no se revisaron los derechos de Vanessa y sus hijos, que son chicos escolarizados e insertos en el sistema de salud. No se ponderó su situación de indefensión ni los derechos de ella, que es una madre soltera que cumplió una condena. El Estado resuelve que la mejor solución es destruir la familia”, dijo Villanueva al diario Página 12.
Finalmente presentó un amparo en los tribunales de menores, que también señala que fueron ignorados derechos del/la migrante y el interés superior del niño, además de insistir en la reunificación. Pero fue resuelto una vez que la expulsión ya había sido concretada. El defensor también pidió una revisión directamente en Migraciones.
Ahora Vanessa está en Lima, con su hijo más pequeño, en una situación totalmente precaria. La sacaron del país sin nada, ni su ropa ni los elementos básicos para atender a Michael. Su abogado trabaja ahora en una batería de planteos con la expectativa de que pueda regresar
Estoy a favor de la deportación de delincuentes, pero por favor!!! Sentido Común,la Sra cometió un error cumplió condena se capacitó ,trabajaba, no delinquio más,madre soltera,formó una familia leguleyo y burócratas evalúen bien cada caso .No destruyan una familia, los hijos que quedaron aquí ,se verificó con quién quedaron?
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